Tal vez revisaste tus análisis de sangre y encontraste un valor llamado eGFR. No es tan conocido como el colesterol o la glucosa, pero en realidad es uno de los indicadores más importantes para evaluar la función de tus riñones.
Si te preguntas qué significa eGFR en un análisis de sangre, estás haciendo una pregunta muy relevante. Esta cifra puede revelar alteraciones renales incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas.
¿Qué es exactamente el eGFR?
La sigla eGFR significa tasa de filtración glomerular estimada (estimated Glomerular Filtration Rate, en inglés). No es un valor medido directamente, sino un cálculo que se basa en la creatinina en sangre, así como en tu edad, sexo y, en algunos métodos, también en tu etnia.
El resultado indica cuánta sangre filtran los riñones por minuto, ajustado a una superficie corporal estándar de 1,73 m².
En términos simples: el eGFR estima cuán eficientemente están funcionando tus riñones.
¿Por qué es importante este valor?
Los riñones actúan como filtros naturales: eliminan desechos, equilibran líquidos y electrolitos, ayudan a controlar la presión arterial y producen hormonas esenciales.
Cuando la función renal empieza a deteriorarse, puede pasar desapercibido. Por eso el eGFR es tan valioso como señal temprana de daño renal.
Los médicos usan el eGFR para:
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Detectar enfermedades renales en etapas iniciales
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Monitorizar la progresión de un problema existente
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Ajustar medicamentos que se eliminan por vía renal
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Decidir si se necesita evaluación con un especialista
¿Cuál es un eGFR normal?
En general:
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Un eGFR de 90 o más se considera normal
Pero este valor disminuye naturalmente con la edad. Por ejemplo, un adulto mayor puede tener un eGFR de 70 y no representar ningún problema.
Aquí una tabla orientativa:
Valor de eGFR (ml/min/1,73 m²) | Clasificación | Interpretación |
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≥90 | Normal | Función renal saludable |
60–89 | Disminución leve | Puede ser normal en personas mayores |
45–59 | Etapa 3A de enfermedad renal crónica | Deterioro leve a moderado |
30–44 | Etapa 3B | Deterioro moderado a severo |
15–29 | Etapa 4 | Pérdida significativa de función |
<15 | Etapa 5 o fallo renal | Se requiere atención especializada |
Un solo resultado bajo no es motivo de alarma. Lo importante es observar la tendencia en el tiempo y la presencia o ausencia de síntomas.
¿Qué puede causar un eGFR bajo?
Las causas comunes incluyen:
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Enfermedad renal crónica – relacionada con diabetes o hipertensión
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Lesión renal aguda – por deshidratación, infección o fármacos
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Glomerulonefritis – inflamación de los filtros renales
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Enfermedades hereditarias – como la poliquistosis renal
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Trastornos autoinmunes – como el lupus
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Obstrucciones urinarias – cálculos renales o hipertrofia prostática
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Medicamentos nefrotóxicos – como AINEs o ciertos antibióticos
En algunos casos, una eGFR baja se debe a una situación temporal, como deshidratación o una infección aguda, y puede volver a la normalidad.
¿Cuál es la diferencia entre creatinina y eGFR?
La creatinina es una sustancia de desecho medida directamente en la sangre.
El eGFR es un cálculo basado en la creatinina y otros factores personales, que proporciona una mejor estimación de la función renal real.
Dos personas con el mismo nivel de creatinina pueden tener valores de eGFR muy distintos, dependiendo de su edad, peso o sexo.
¿Qué hacer si el eGFR está bajo?
Si el valor está levemente disminuido pero estable:
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El médico puede monitorizarlo regularmente
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Se recomienda una buena hidratación, control de la presión arterial y glucosa, y una dieta equilibrada
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Puede que se eviten ciertos medicamentos que afectan al riñón
Si está significativamente reducido:
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Se realizarán estudios adicionales: análisis de orina, ecografía renal, evaluación de proteínas en orina
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Puede ser necesario acudir a un nefrólogo
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Se sugiere una dieta baja en sal, proteínas y fósforo
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El objetivo es frenar la progresión de la enfermedad y mantener una buena calidad de vida
Incluso con función renal reducida, muchas personas llevan vidas activas y saludables, siempre que reciban un seguimiento adecuado.
Tu eGFR es una voz silenciosa del cuerpo. Puede no producir síntomas, pero te da la oportunidad de actuar antes de que surjan complicaciones. Entender su significado es el primer paso para cuidar de tus riñones y tu bienestar a largo plazo.